Existen en la red multitud de soluciones caseras para recuperar el blanco de nuestros dientes sin pasar por la clínica dental. Si echáis un vistazo a la red encontraréis muchas ideas que generalmente contemplan el uso de productos abrasivos como el bicarbonato o la sal con limón para blanquear los dientes.
Este tipo de tratamientos de blanqueamiento trabajan desgastando el esmalte, lo que puede producir que nuestros dientes se debiliten y terminen provocándonos hipersensibilidad dental.
Para minimizar estos problemas es necesario que sea un dentista quien nos asesore a la hora de buscar soluciones para aclarar el color de nuestros dientes. En nuestra clínica dental podremos preocuparnos por recuperar el blanco de tus dientes mientras cuidamos de que tu salud dental.
Una vez realizado el blanqueamiento dental debemos tener en cuenta que se trata de un proceso reversible y que es necesario tener en cuenta que hay muchos alimentos que tiñen los dientes (el vino, el café, el té, los caramelos con colorante…) por lo que será conveniente moderar su consumo y mantener una higiene dental adecuada para evitar que estos colorantes penetren en el diente.
Es importante tener en cuenta la diferencia entre un blanqueamiento dental, que busca aclarar el color de nuestros dientes, y una limpieza dental. Esta última lo que busca es eliminar la placa de sarro que se forma sobre nuestros dientes por lo que es muy recomendable someterse a una limpieza dental de manera periódica.