Una de las preguntas que más recibe unortodoncista es si hay una edad máxima para hacerse la ortodoncia.
La respuesta es no, no existe una edad máxima para la ortodoncia. El poder hacérsela o no vendrá condicionado por la salud dental y gingival del paciente. Solo si la boca está sana será posible practicar una ortodoncia. La periodoncia o la presencia de caries podrían ser una de las causas para descartar una ortodoncia. En esos casos sería necesario que el paciente siguiese un tratamiento en la clínica dental antes de poder acudir al ortodoncista.
Quedan lejos los tiempos en los que se descartaba la ortodoncia en adultos alegando que en el “hueso adulto” ya no era posible desplazar las piezas dentarias.
Una de las preguntas que más recibe unortodoncista es si hay una edad máxima para hacerse la ortodoncia.
La respuesta es no, no existe una edad máxima para la ortodoncia. El poder hacérsela o no vendrá condicionado por la salud dental y gingival del paciente. Solo si la boca está sana será posible practicar una ortodoncia. La periodoncia o la presencia de caries podrían ser una de las causas para descartar una ortodoncia. En esos casos sería necesario que el paciente siguiese un tratamiento en la clínica dental antes de poder acudir al ortodoncista.
Quedan lejos los tiempos en los que se descartaba la ortodoncia en adultos alegando que en el “hueso adulto” ya no era posible desplazar las piezas dentarias.
¿Cómo es el proceso de lavar los dientes en otras culturas? Si alguna vez habéis viajado por África o visto un documental de la zona, seguramente os preguntéis cómo consiguen mantener una sonrisa tan blanca y cuidada en países con un acceso tan limitado a los cepillos y las pastas dentífricas. ¿Cuál es el secreto para conseguir una higiene dental adecuada en los países menos desarrollados?
Lavar los dientes en otras culturas
El método habitual en el África sudsahariana, y popular en gran parte del planeta hasta hace algunos siglos, es el de utilizar pequeñas ramitas o varitas de madera. Se trata del llamado “palillo de mascar”.
Su uso consiste en buscar una rama blanda y de tamaño reducido que se masca hasta que las fibras del extremo se aflojan formando un cepillo irregular. Mientras seguimos este proceso, nuestra boca aumenta la producción de saliva y se estimula la circulación sanguínea en las encías, proporcionándonos protección ante las bacterias.
Una vez que hemos completado este primer proceso, utilizaremos el cepillo irregular para cepillarnos los dientes y remover la placa de sarro que se pueda haber acumulado.
No debemos pensar en esta rama solamente como cepillo, ya que en muchas zonas se utilizan las ramas y raíces de plantas cuyas propiedades antibacterianas y antimicóticas contribuyen a disminuir la formación de sarro. Incluso existen compañías que fabrican sus dentífricos tomando fibras y resinas extraídas de estas plantas. Así se puede lavar los dientes en otras culturas.
Os dejamos un vídeo que explica muy bien el proceso:
¿Estaríais dispuestos a probar este cepillo de dientes rústico?